Levantarme un día a las siete, acordarme que es sábado y volverme a dormir. Encontrar 10 céntimos en la cartera y poderme comprar un chicle en la cafetería. Encender el IPod y que me salga la canción que quería escuchar. Entrar por la mañana a la guagua y verte sentada. Que aparezca la ventana del messenger cuando me contestas. Sentarme los miércoles a ver un nuevo capítulo de Glee. Salir de un examen contenta. Escucharte cantar la canción del viernes. Agitar nuestra bola de nieve todas las noches. Mirar la agenda y ver que no hay tarea o leer una entrada de tu blog y erizarme.
Los pequeños placeres de la vida, son lo que me hacen sentir contenta, sinceramente, no necesito nada más.
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